domingo, 28 de octubre de 2007

El tiempo


Y las gotas continúan golpeando contra el cristal,
Y las hojas siguen cayendo, una a una,
y el reloj continúa su camino sin final,
Y la música el suyo, a la vez.
Observo el reloj y me pregunto si la vida no será como la música,
Que se ahoga en las últimas notas
Que se ahoga en una profunda agonía.
Pero el tiempo… ¡ah el tiempo!
Ese continúa su camino,
Dejando atrás las canciones,
las melodías, los llantos, la alegría...

domingo, 21 de octubre de 2007

Fluye

Huyo del presente, como el humo que se esfuma del ambiente a través de la ventana, me diluyo en el líquido invisible del agua como una gota que se ahoga en el desagüe. Me siento como ese papel arrugado y retorcido entre los dedos, emborronado de tinta oscura. Siento que el futuro se aproxima, nunca se me dio demasiado bien huir del pasado, me sigue…intento refugiarme en el presente, pero ni siquiera sé lo que es, conozco el pasado y desconozco el fututo, pero al presente simplemente le tengo miedo.

¿Qué te pongo?

Eum…tomaré un café con leche.

Hacía diez minutos que Rosana debería de haber entrado por la puerta de la cafetería, echado una mirada nerviosa alrededor, haber distinguido mi cara entre todas las demás y haber sonreído mientras se dirigía corriendo hacia mi. Pero aquella situación que llevaba 9 meses esperando, que tantas tardes había imaginado, no llegaba a materializarse. Quince minutos, veinte minutos. Tomo la taza entre mis dedos y sorbo la última gota de café, echo otro vistazo alrededor, que de nuevo termino con un forzada sonrisa. En el minuto 45 me levanto de la mesa, hago tiempo hasta pagar y salgo de la cafetería. Justo en ese instante me invade ese sentimiento de desamparo, ¿se habrá olvidado de mí? A lo mejor lo que para habían sido nueve rápidos meses, había sido una eternidad para los demás. Me sentía realmente estúpido. Aquí lo tenía todo, familia, amigos; mientras que allí no tenía nada en principio, un mes, dos meses, tres, y bueno al final cada uno se va haciendo su propio hueco entre la gente, lo que había sido un comienzo escrito con mayúsculas se había convertido en una nueva vida, diferente a la anterior. El tiempo hizo que los conocidos pasaran a ser auténticos amigos, hubo gente que realmente me ayudo cuando estaba solo, hubo quienes me apoyaron y de nuevo lo dieron todo por mi…aunque ya nada era igual. La comunicación con todo lo anterior era cada vez más escasa, se envanecía , literalmente estaba cortando el lazo de unión entre mi pasado y mi presente, como ya había hecho en alguna ocasión anterior. Pero nunca antes ese lazo había estado tan desgarrado, apenas conocía ya nada de ellos, Francia era ahora lo viejo conocido, y esto lo que debo volver a explorar. Hacía ya un año desde que no veía la fachada gris de la facultad, ni las fotografías de la claroscura pared café, era como un flash back, sentía un nudo en la garganta. Nunca hubiera imaginado que tal cosa pudiera suceder, pero enfrentarse al pasado es más duro de lo que pueda parecer a simple vista.

Continué andando por aquellos lugares que antes habían sido y que volverían a ser el camino de vuelta a casa: nada había cambiado pero sentía algo extraño en el ambiente, quizás era yo el que había cambiado, la pieza que no encajaba ahora con el entorno. Donde habían quedado aquellas tardes juntos, los veranos, tan solo eran recuerdos. Los días, los meses, y después…los años, todo continuaba ese fluir constante que ahora se me hacía patente.

¡Edu! ¡Edu! Alzo la vista y la veo, corriendo con una gran sonrisa: y sonrío.

¡Rosana! ¡te he echado muchísimo de menos! Nos abrazamos, y en ese momento fue como regresar de lleno al pasado, sentía como los minutos y los días retrocedían hasta llegar a París, al Instituto, vi a Paula, Angie, a Álvaro, Alicia, Mario, Katina, Irene, Oliver, Rubén…y en ese momento sentí el pasado y el presente tan juntos que me eche a llorar.


martes, 16 de octubre de 2007

Otra verdad incómoda

_La vida en el campo es dura, te levantas temprano, has de ir al establo y ordeñar un par de vacas, hervir la leche para luego servir el desayuno antes de que el resto de la familia se levante, tan solo mi madre es más madrugadora que yo, ella va a buscar leña a las montañas, el árduo invierno pronto teñirá las montañas con su blanco manto, ¡si no lo hiciramos moriríamos de frío!

_ ¿Sabes? A ves te admiro, el campo verde ,me lo imagino, lleno de bosques de robles y hayas, las ardillas comiendo bellotas, el rumor de algún río de agua lenta, los rayos de sol colándose entre las ramas de los árboles, la silueta lejana de las azules montañas…todo debe de ser…perfecto. En cambio yo vivo en la ciudad…ya sabes, las ciudades son grises lugares plagados de edificios y construcciones de hormigón, el aire está impregnado de un olor amargo, como artificial, eso es el humo de los automóviles. El cielo, habitualmente esta oscuro por las noches, es imposible ver las estrellas, pues la luz eléctrica lo impide. En la ciudad no hay casas como aquí, son todo edificios inmersos en una mole de hormigón, salpicada de árboles que siguen una geometría rígida, nada es natural, incluso los pájaros allá son habitantes de la ciudad. Los humanos están obligados a vivir en una especie de compartimentos especialmente pequeños y diseñados así a conciencia, los denominan pisos o apartamentos, cuanto más grande sea más dinero cuesta, aunque hay gente que por esa misma razón ha decidido vivir en la calle, me pregunto si no pasarán frío, ellos utilizan cartones o buscan cualquier refugio, entre dos cubos de basura, en algún portal, o bien en el metro. La vida en la ciudad es también ajetreada, para ir al colegio nada menos de una hora de camino, y por la tarde todas las horas están ya ocupadas por otras actividades…la gente aquí pretende llevar un estilo de vida burocrático que a mi me suena a cinismo puro, la gente se comporta de manera extraña, ellos no dominan la ciudad, es la ciudad la que los domina.


sábado, 13 de octubre de 2007

Una verdad Incómoda

El ser humano… ¿qué es ese ser tan extraño que se pregunta sobre su propia naturaleza, sobre su misión en el mundo y que llora cuando es derrotado por la realidad? Podría decir que es simplemente materia y sentimiento, una mirada curiosa al alrededor, es la paciencia que con el transcurso de los días se transforma en costumbre…el ser humano es rutina. Peor no podría faltar la estupidez…¿qué otro animal destruye su mundo y apenas siente remordimientos, como una bestia que se alimenta de sus crías, como un hermano que mata a su hermano, es una guerra detrás de otra, es la incomprensión, la impotencia ante las injusticias, el dolor ante el sufrimiento, es la envidia.

Desde pequeño me he hecho esa pregunta ¿qué es el ser humano? Al ser humano le parece tan extraño existir que las preguntas filosóficas surgen por sí solas.

¿Alguna vez os habéis fijado en los cultivos de bacterias? Nuestras ciudades son exactamente iguales, a menudo vivimos en comunidades de varios cientos de miles de humanos, nos relacionamos con otros humanos con los que compartimos lugar de trabajo o estudio, influimos los unos en otros, intercambiamos información, nos alimentamos, nos reproducimos, logramos la continuidad de la especie, y una vez que esta etapa ha sido superada, nos convertimos en basura para la sociedad, un desecho del pasado que nos empeñamos en conservar. Siempre fui un ecologista convencido, y he luchado por defender esos ideales, ¿no es el amor por la propia naturaleza el mejor alivio ante tanto sufrimiento? Hasta la naturaleza está dolida por nuestra culpa, pero continuamos apartando la mirada … observad el desastre que hemos hecho . Todo es descontrol, todo es capitalismo, todo son máquinas con una misión ya programada…lo único que queda es seguir soñando o levantarse.