jueves, 3 de abril de 2008

Dream a little, dream


A veces pensamos que un acontecimiento bienaventurado vendrá para sacarnos de la rutina, para mostrarnos cómo es realmente la vida, y soñamos con ese día que a veces parece ocultarse, en ocasiones creemos verlo justo en frente, y decimos “si, este viaje cambiará mi vida” y luego, cuando estamos de vuelta tan sólo nos queda el recuerdo de esos días, como un extraño sueño del que ya hemos despertado y es entonces cuando nos damos cuenta de que nuestra vida continúa siendo la misma aburrida rutina de siempre con pequeños momentos graciosos, el mismo triste cuarto de siempre, vacío, la misma familia de siempre, los mismos amigos, mismos compañeros, mismos profesores, y es entonces cuando creo estar en la certeza de que la felicidad no se encuentra en una sola persona o en una situación, sino que la felicidad es estar de acuerdo con lo que tienes, apreciarlo, para finalmente saber que es eso lo que te hace feliz. ¿Dónde quedan los sueños entonces? Los sueños….ah! los sueños! Quien sabe si los sueños no deberían quedarse para siempre como eso, como algo intocable oculto en algún lugar de nuestros más ocultos deseos, porque por todos es sabido que cuando un sueño se realiza deja de ser un sueño y se convierte en un buen recuerdo. Nada más.

Hoy me propongo descubrir qué es la felicidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, has descubierto ya precozmente un montón de cosas sobre la felicidad, aunque aún queda camino, por supuesto. Lo bonito es la búsqueda, podría decirte. Y lo es, en parte. Pero últimamente he estado pensando que la manera de encajar los sueños en la rutina es soñar no más bajito -no bajar el listón- sino más despacio. E insertar poco a poco el sueño en la realidad. Paso a paso. Luchando un poquito cada día. Mucha suerte en tu búsqueda de la felicidad!