lunes, 13 de octubre de 2008

A la luz de una vela


El suave tintineo de la luz reflejada en los cristales, esa luz mágica que desprendías, y ese baile suave y dulce que no cesaba; me relajaba mirarte en las noches cuando las luces se apagaban y solo brillabas tu, en medio de la soledad , solía quedarme durante horas observándote, y ese brillo que mis ojos reflejaban no era otro que el de la tristeza de verte cada día más consumida, más vieja y más diminuta, eras la misma pero sabía que no vivirías mucho, que morirías en cualquier instante de un portazo, un soplo de viento te apagaría, o que el propio tiempo te arrebataría la llama que latía entre la cera fundida por el ardiente fuego, o quizás seré yo el que de un suspiro acabará con tu vida; hoy recuerdo como eras la primera vez, y te veo ahora, derretida por el tiempo y me siento triste, triste por que mi vida sea como tú, que se agote poco a poco y que pueda apagarse en cualquier instante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

C'est un très beau texte que tu as rédigé... J'aime vraiment beaucoup ton style d'écriture!!! Tu es certainement un futur poète ou un grand auteur en devenir...
Comme quoi, en plus d'être guapo; tu es aussi très intelligent!!! :)