lunes, 31 de diciembre de 2007

El Paso del Tiempo


Huyo de ti como el día huye de la noche. Atrás dejé el humo de tu pasado, y ahora me adentro en la incierta neblina del futuro, escondido escucho tus pasos tras los míos mientras siento el temor de tu presencia, no quiero que me escuches, no quiero que me veas, ni que me sientas, pues eres el olvido, la vejez y la muerte. Siento tu ausencia como un vacío existencial, eres también la vida, y temo el día en que me faltes pues enseguida la nada llamará a mi puerta, y al abrirla sentiré el vacío de tu ausencia, el día en que tus pasos no resuenen tras los míos la muerte me alcanzará y ya no veré, no tocaré, y ni siquiera seré capaz de sentirte. Ya ni siquiera escucharé el eco de tu ausencia pues mis oídos estarán hundidos en un eterno silencio, sentenciados al vacío universo de sentidos, y ya quizás ni me importe abrir los ojos pues sabré que si lo hiciera el mundo estaría congelado en ese maldito segundo en el que me abandonaste y mi corazón dejó de palpitar.



Tras escribir estas líneas, Eduardo había escuchado ya siete veces la "Sonata Claro de Luna" de Beethoven, y sintió más que nunca la tristeza del paso del tiempo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta tu texto,como escribes! un verda poeta!!! Es un real placer de leerte!!! Y como tu, ma gusta mucho el sonato al claro de la luna, que musica!!! Y beethowen, un gran artisto!!! Besos a tu!!!

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno, técnicamente hablando, un epílogo prodigioso; pero qué estás leyendo últimamente :D ?
Por un año lleno de escritura!!!!
Feliz 2008

Estoicolgado dijo...

sigue todo como lo dejé... perfecto