martes, 16 de febrero de 2010

Algún lugar

Recuerdo aquel día, esperandote con una camisa de lino, era verano y el cesped y el cielo estaban tan secos, y de ese tono tan anaranjado, tan veraniego, el horizonte azul marino se juntaba en el cielo con el océano, y los niños reían al tirarse rodando colina abajo. Eran días tranquilos de verano. Y en el momento en el que una gaviota pasó por delante del pico del faro, una ola rompió en las rocas del muelle, y en el instante en el que la manilla de los minutos marcó las y cuatro y trentaisiete segundos, los rayos de sol alinearon nuestras siluetas, me miraste, te miré. Se oía una música de fondo, "somewhere over the rainbow", de kamakawiwo'ole, todo era perfecto.

Hoy he vuelto al lugar donde pasé la mejor tarde de mi vida. Era la misma hora y parecía el mismo sitio, pero sin embargo no había gritos de niños, ni gaviotas, la música se había apagado, y el banco estaba triste y solo. Pero corría la misma brisa, así que pensé que quizás te harías convertido en aire. Y una sonrisa se dibujó en mi rostro.

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